Evalúa la salud y oxigenación del bebé en el útero.
Mide el flujo sanguíneo en el feto y la placenta.
Monitorea la frecuencia cardíaca del bebé y su bienestar.
Evalúa la función placentaria y su flujo sanguíneo.
Predice riesgos como preeclampsia o retraso de crecimiento fetal.
Mide la longitud del cuello uterino para evaluar riesgo de parto prematuro.